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Don Quijote es una persona que ha perdido la razón, y, por definición, una persona así tiene una perspectiva alterada de su entorno; y esto se ve claramente en las dos situaciones que se citan a continuación. A pesar del título de la obra, Don Quijote, no parece ser particularmente ingenioso y parece tener el razonamiento de un niño pequeño, siendo fácilmente engañado por personas cuyas intenciones y sus situaciones son claras, y malinterpretando vez tras vez a las personas a las cuales se les acerca. Por ejemplo, en el caso del Bachiller Sansón Carrasco, esta persona lo encuentra en más de una ocasión bajo la guisa de un caballero andante como el, contándole historias un tanto ridículas, la primera vez (bajo el disfraz del Caballero del Bosque), le cuenta una historia igual a la de Don Quijote: tiene una amante llamada “Casildea de Vandalia” y con un escudero tomado improvisadamente de entre sus vecinos, contándole historias inventadas en el mismo punto (de Cervantes Saavedra, Capítulo XII).
Y sin embargo, Don Quijote no puede darse cuenta de la farsa ni ver las intenciones del Bachiller, cayendo en su plan y retándolo a duelo, aunque saliendo ganador la primera vez.
Dos episodios distintos en los que aplique su perspectiva personal
Don Quijote aplica su muy particular perspectiva sobre el mundo en especial en las dos siguientes situaciones: cuando erróneamente libera a unos prisioneros que son trasladados (de Cervantes Saavedra, Capítulo XXII) y las numerosas veces que don Quijote se enfrento al Bachiller Sansón Carrasco, especialmente en la última cuando lucho con en la forma del “Caballero de la Blanca Luna” (de Cervantes Saavedra, Capítulo LXIV).
En la primera, Don Quijote ve una situación que es clara y no necesita explicaciones en verdad, sin embargo el decide interpretarla a su modo, reduciendo la situación puramente a los hechos actuales sin tomar en cuenta los hechos anteriores a la misma; de este modo, el escucha los lamentos de los prisioneros y su, aparentemente, injusta situación, pero olvida preguntarse porque están en dicha situación en primer lugar, y los libera, para ser atacado por los mismos unos instantes después.
En la segunda de dichas situaciones, Don Quijote es fácilmente engañado por una de las tretas que el Bachiller Sansón Carrasco prepara improvisadamente al hacerse pasar por el “Caballero de la Blanca Luna”; una farsa que hubiera engañado a muy pocas personas en realidad. El caer en este engaño y ser arrastrado a un duelo por las provocaciones del Bachiller demuestra su torpe razonamiento y su impulsividad al ser insultado su “honor”, lo cual le costara su más triste derrota y el fin de sus aventuras, aunque también el regreso de su cordura.
Simbolismo utilizado por Cervantes a través de la figura de Don Quijote
La primera parte del Quijote es más bien de carácter gracioso y chusco, y Cervantes utiliza al Quijote como una parodia de la antigua sociedad europea, con sus caducos ideales de honor y justicia, y de defensa de los mismos a través de duelos y luchas de uno a uno.
La segunda parte del Quijote tiene un tono más serio y Cervantes utiliza al Quijote y sus aventuras para realizar un análisis más profundo de los temas que predominan en las situaciones en la mayoría de las que se inmiscuye Don Quijote: derrota y partidas: recordemos que es en esta cuando Don Quijote tiene sus últimas aventuras y aunque debería ser una situación positiva y feliz que Don Quijote recupere su cordura y regrese a su hogar, esta situación es interpretada, sobre todo por el protagonista, como el que sus aventuras es algo triste, sobre todo por terminar de la forma en que lo hicieron al ser derrotado por el Bachiller en la forma de “El Caballero de la Blanca Luna”.
Bibliografía
de Cervantes Saavedra, Miguel. «Capítulo LXIV.» de Cervantes Saavedra, Miguel. Segunda parte del Ingenioso Hidalgo Don Quijote de la Mancha. Madrid: Juan de la Cuesta, 1615. 466. de Cervantes Saavedra, Miguel. «Capítulo XII.» de Cervantes Saavedra, Miguel. Segunda parte del Ingenioso Hidalgo Don Quijote de la Mancha. Madrid: Juan de la Cuesta, 1615. 212. de Cervantes Saavedra, Miguel. «Capítulo XXII.» de Cervantes Saavedra, Miguel. El Ingenioso Hidalgo Don Quijote de la Mancha. Madrid: Juan de la Cuesta, 1605. 171. —. El Ingenioso Hidalgo Don Quijote de la Mancha. Primera edición. Madrid: Juan de la Cuesta, 1605.