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“Borges y yo” es un cuento corto del poeta y escritor argentino Jorge Luis Borges; considerado ampliamente como una de las mejores piezas literarias escritas por el afamado escritor argentino en toda su fructífera carrera. La obra cuenta con alrededor de 300 palabras (un poco mas), y en la trama de la misma Borges aborda y analiza profundos conceptos filosóficos.
Específicamente, Borges aborda preguntas y cuestiones filosóficas relativas a la epistemología y al tema de la identidad personal, tal como sugiere el titulo de la obra, y, en general, la obra entera es una ponderación o reflexión sobre la dualidad de cada persona, tal como se explica más adelante; en este caso, con respecto a la persona del mismo Borges.
Borges establece, primero que nada, que existen dos Borges: el Borges escritor, el famoso autor que ha escrito unas de las mejores piezas de ficción desde el mismísimo Cervantes; y un segundo Borges, el Borges que lidera una vida personal y familiar en privado. Ambos obviamente están íntima e inextricablemente enlazados, ya que naturalmente comparten el mismo cuerpo físico, y de esta forma ambos comparten los mismos gustos y preferencias personales, tal como podemos darnos cuenta en el siguiente pasaje: “Me gustan los relojes de arena, los mapas, la tipografía del siglo XVIII, las etimologías, el sabor del café y la prosa de Stevenson; el otro comparte esas preferencias…”. Más aun, Borges explica que no solo comparten preferencias personales y gustos, y que además que ambas personalidades conviven perfectamente, declarando que “Sería exagerado que nuestra relación es hostil…” y que la existencia de una no entorpece de alguna manera la existencia de la otra al decir que “yo vivo, yo me dejo vivir, para que Borges pueda tramar su literatura y esa literatura me justifica.”; de esta forma dando a entender que el Borges privado no siente alguna rivalidad hacia el Borges público, ni viceversa.
Con base a lo que Borges escribe sobre las características de cada una de las personalidades que componen su ser, se podría considerar que ambas personalidades conviven de forma muy cercana y que ambas personalidades tienen también sus espacios propios con sus fronteras perfectamente delimitadas; en esencia, conviviendo cercanamente pero estando, al mismo tiempo, perfectamente separadas. Y sin embargo, al final Borges aclara que de ninguna manera esto es cierto, que los límites entre ambas son muy borrosos. Al final, Borges termina con esta última oración: “No sé cuál de los dos escribe esta página.”, efectivamente aclarando que los límites entre ambas identidades es difuso, cuestionando de esta forma la naturaleza de la dualidad de su identidad, donde empiezan cada una de sus personalidades y donde terminan ambas. De esta forma, no solo aclara Borges que sus límites son difusos, sino que el mismo no puede determinar, en ocasiones al menos, cuál de las dos personalidades es la que actualmente escribe este cuento corto, de forma que bien podría ser el Borges privado quien ha redactado total o parcialmente dichas líneas, sin que Borges pudiera darse cuenta.